La cuesta de enero para el traductor jurado
¿Eres de los traductores que cree que la famosa “cuesta de enero” afecta también a la profesión o por el contrario eres de los que cree que nada tiene que ver y que incluso a veces es al revés?
Los traductores jurados (y los no jurados también) sabemos perfectamente que ni las vacaciones ni los puentes tienen una tendencia estable, ya que puede que nos toquen varios años de saturación y de repente, un verano o un puente nos quedemos a dos velas. O viceversa. Yo mismo me he encontrado con que algún agosto llegué a facturar las mayores sumas de dinero de mi vida y otros la tendencia fue de menos trabajo de lo normal. ¿Influyen los acontecimientos además de las vacaciones o festivos o es que la tendencia es simplemente inestable?
En este mes de enero que está en curso, es imposible no acordarse de la tan temida “cuesta de enero”, la pesadilla de muchas familias españolas que deben hacer frente a los grandes gastos de las fiestas navideñas, Año Nuevo y Reyes. Si bien no todos tenemos las mismas costumbres y algunos festejan más que otros, es innegable que uno siempre incurre en gastos al tener que desplazarse para ver a familiares, o hacer el típico regalo para quedar bien con algún niño de la familia (¡o propio!). La cuestión es, ¿afecta realmente la cuesta de enero a los traductores?
Si bien depende de cada uno responder si económicamente nos afecta la cuesta de enero del traductor jurado, sí es posible determinar que en otros aspectos lo hace. Desde los últimos días de diciembre me he percatado de un aumento de envíos de currículos, propuestas de colaboración, mayor presencia de competencia y otras tantas acciones que se ven reforzadas por el factor «propósitos de año nuevo». Los más rellenitos o remolones se anotan en el gimnasio, las parejas se prometen amor eterno, y los traductores parece que decimos “voy a hacer todo lo que no hago”. Cabe destacar (siempre desde el punto de vista personal) que la tendencia va en caída desde entonces, lo que confirma el origen de este tipo de promesas. Creo que es un momento terrible para enviar propuestas, CV o intentar afianzar relaciones comerciales nuevas, ya que este aumento repentino hace que se saturen nuestros contactos y no nos puedan prestar la atención que buscamos, perdiendo así una oportunidad única de estar en el momento oportuno a la hora adecuada.
Creo también que no sobra recordar que a la hora de ponerse en contacto con otros traductores o agencias se debe cuidar la ortografía, el estilo y la presentación, ya que ese primer contacto es una carta de presentación en toda regla.
Por otro lado, debemos tener presente el hecho de que la crisis internacional está generando un movimiento de personas por todo el mundo que aumenta el volumen de trabajo de un traductor jurado. Y esto no solo para el inglés o el francés, sino que también para los idiomas más inverosímiles. La desgracia de unos es la buena suerte de otros (en este enlace ponemos una «guía para emigrar» para españoles, elaborada por El País). De todas formas, los traductores jurados debemos tener en cuenta que nuestra participación en las empresas personales de nuestros clientes que emigran es fundamental para que consigan mejorar su nivel de vida y alcancen sus sueños, por lo que debemos estar orgullosos de nuestra labor.
¿A ti te ha afectado la cuesta de enero para el traductor jurado, eres ya inmune o crees que por el contrario es una época fructífera para el negocio de la traducción jurada?