9 CONSEJOS PARA CONSEGUIR QUE TE PAGUEN SIENDO TRADUCTOR
Durante 10 años he pasado por muchas cosas, tanto como traductor jurado, localizador o project manager. He estado a ambos lados de la contienda y he visto los principales fallos tanto de traductores como de empresas. Los traductores jurados también solemos trabajar con un número elevado de particulares, lo que añade más riesgos a la ecuación. Por todo ello, a continuación expongo lo que para mí son los principales 9 consejos para conseguir que te paguen siendo traductor.
1) Formaliza un contrato/presupuesto y haz que te lo firmen. Estipula claramente las condiciones y período de pago.
Este consejo sirve tanto para traductores que trabajan con clientes directos o agencias, así como para trabajos de traducción puntuales o regulares. Si es un proyecto continuado o recibes traducciones del mismo cliente cada día o muy seguido, siempre puedes redactar un contrato general, mientras que para casos concretos en los que quieras asegurarte algo puntual podrás redactar un contrato particular (por ejemplo, si un día te piden maquetación además de traducción, o si haces traducciones normales y te piden que algunas sean traducción jurada). Una solución sencilla es redactar las condiciones generales, guardarlas en un archivo o en algún enlace de la web y pasarle al cliente solamente un presupuesto exhaustivo que incluya todas las condiciones totalmente claras, en donde figure el enlace a las condiciones generales. Si es particular, la firma seguramente no sirva de mucho, pero si es empresa, recuerda pedir además de la firma autorizada:
-Sello oficial de la empresa (en donde figuren sus datos fiscales).
-Fecha de firma.
-Cargo de la persona que firma.
Con todo esto quedarás protegido para poder reclamar en caso de que suceda algún inconveniente (y el cliente nunca podrá decir que no estaba advertido de cómo sería el procedimiento).
2) Exige el pago siempre por adelantado. Una empresa que quiera pagarte a 90 días muy posiblemente no sea solvente o quiera extender los pagos, además de que la normativa europea actualmente establece un límite máximo de 60 días para pagos.
Muchos traductores creen que ninguna empresa pagará por adelantado. Yo era uno de ellos. En España se extendió la mala costumbre de pagar a X días y parece que si se te ocurre desviarte de esa política de pagos nefasta podrías firmar tu condena al paredón. Pero no es así. Hay muchísimas empresas y profesionales a los que no se les ocurriría mover un dedo sin haber cobrado por adelantado al menos un mínimo que cubra sus gastos. Observemos, por ej., a un abogado. Cobrará un anticipo de honorarios que cubra sus gestiones y gastos, sobre todo cuando debe contratar a un procurador o peritajes. Como traductor jurado, muchos de mis clientes han pasado por un abogado antes de acudir a mí, por lo que si a ellos les han pagado por adelantado o al menos un anticipo… ¿Por qué a mí no me lo van a pagar? Llevo muchos años cobrando mi tarifa por adelantado y jamás he tenido problemas. Unas pocas empresas me han dicho que no, mientras que otros solo me han dicho que estaban dispuestos a pagar primero una cantidad y luego lo restante al entregarles mi traducción jurada. Por tanto, ¿vale la pena? Sin lugar a dudas. Tú no puedes gestionar tu empresa de traducción si te dedicas a otro rubro, que es el cobro de morosos. E incluso si lo encargas todo a un abogado, será caro, acabarás cobrando solo lo que te debían (el moroso querrá pactar una solución extrajudicial que te dará seguridad pero te hará perder una parte del dinero), sin intereses, y el abogado se quedará con una parte.
[Además de no pagarte a tiempo y hacerte perder la cabeza, negociará para pagarte un poco menos]
3) Si subcontratas a traductores, exige como mínimo por adelantado el dinero que debes pagar a los subcontratados. Si no, ellos luego te exigirán el pago a ti.
Es sin duda alguna el talón de Aquiles de muchas empresas o agencias que subcontratan a traductores y luego usan todo tipo de artimañas para no pagar la factura en su debido momento. No te conviertas en una de ellas o perderás amistades y te labrarás una mala fama merecidamente. Si vas a hacer un proyecto titánico y necesitas colaborar con otros traductores, haz que te paguen la cantidad que debas pagar a los subcontratados o al menos una cantidad que se aproxime a ella. Ten presente que, si algo falla, a tu traductor amigo poco o nada le interesan tus historias con TU cliente, por lo que debes ser un buen compañero y pagarle igualmente. Luego tú podrás arreglar tus problemas con el cliente, pero él no tiene la culpa de la mala gestión de las otras partes. Habrá algunos clientes que dirán que no, cierto, pero si te ponen muchas pegas desde el principio quizás debas desconfiar y pensar en todo el tiempo que perderás como cobrador en lugar de como traductor, además de los nervios, mal humor y otras consecuencias que son impagables. Como traductor jurado trabajo para empresas grandes y pequeñas, y cuando alguna no ha querido adelantar el dinero he explicado esto y me lo han aceptado sin problemas. Decir la verdad conviene, aunque con profesionalidad. Si ven que respetas a tus compañeros o colaboradores, se sentirán seguros, ya que también los respetarás a ellos.
4) Envía un burofax certificado de contenido
Es una medida disuasoria más o menos económica que evita generar tensión como lo haría la carta de un abogado. Hoy en día no solo la ofrece Correos sino que también algunas de las principales mensajerías (Nacex, MRW, etc.). Un burofax sin certificación de contenido no tiene mucha utilidad, por lo que debes tener mucho cuidado de no olvidarte de hacerlo, ya que la oficina postal o empresa de mensajería conservará una copia del mensaje, debidamente sellado por ellos, en caso de que alguna autoridad judicial quiera comprobar lo enviado en esa fecha. De esta manera evitas que el cliente diga: “Sí que recibí un fax pero era una felicitación navideña” o “Las condiciones pactadas eran 180 días, no 30«. Hace muchos años que no tengo morosos, pero cuando los tenía y recurría al burofax certificado de contenido, siempre enviaba:
-Carta explicativa exigiendo el pago, detallando todo lo hecho por mi parte, veces que llamé para exigir el pago, etc.
-Copia de la traducción jurada o traducción normal, o al menos una parte de la misma, indicando luego el nombre de todos los archivos del proyecto. Puedes imprimir esto a dos o más páginas por hoja para que te salga más barato (porque recordemos que estamos reclamando una deuda y queremos pagar lo mínimo posible).
–Facturas adeudadas por tu servicio de traducción.
-Correos electrónicos o cartas intercambiadas con el cliente desde el principio.
Un burofax certificado de contenido enviado desde la oficina de Correos y que incluya 3 páginas o más (a 0,18€ la página adicional a partir de la tercera) puede costar sobre unos 44 euros, con acuse de recibo y certificación de entrega. Obtendrás la fecha y hora a la que se entregó, la firma de la persona que lo recibió y una garantía jurídica de que has reclamado el pago de tus servicios como traductor en su debido momento. No está mal para 44 euros, ¿no? Y si lo haces en línea, sin moverte de casa, sale incluso más barato.
5) Envía una carta desde un bufete de abogados.
Cuando veas que muy posiblemente acabarás llegando los juzgados, quizás lo más conveniente sea que recurras a lo más sencillo de un abogado: enviar una carta amenazando al cliente con llevarlo a juicio si no paga. Es desagradable tener que recurrir a ello, porque estás implicando a un tercero en una relación entre dos, pero a veces no queda más remedio. Por entre 21 y 40 euros tendrás la carta enviada. Si tiene el efecto deseado (o sea, generar miedo), acabarán pagándote primero a ti antes que a otros traductores a quienes les deban facturas, a fin de evitar el mal trago o el embargo de bienes si ello deriva en un proceso judicial. Si eres traductor jurado, seguramente conozcas a docenas de abogados con los que trabajas regularmente que estarán encantados de atenderte por una vez como cliente.
6) Presenta un procedimiento monitorio.
El procedimiento monitorio es la modalidad judicial más sencilla y económica para un traductor que quiera reclamar una deuda. Si ha fallado todo lo explicado antes, seguramente sea el siguiente paso, pero ten en cuenta que si el importe de las facturas de las traducciones que estás reclamando supera los 2000€, tendrás que recurrir a un proceso judicial ordinario (a menos que sean varias facturas y puedas presentar tantos procesos monitorios inferiores a 2000€ como sean necesarios). Existen varios modelos que se pueden descargar para rellenar y facilitar la redacción de un procedimiento monitorio. A mí me gusta particularmente el modelo de procedimiento monitorio de la Generalitat de Catalunya, muy sencillo y conciso. Lo bueno de esta opción es que no necesitas ni abogado ni procurador. El plazo estándar de admisión es de 1 a 2 meses (aunque pueden tardar más, incluso aunque la ley diga que no) y se supone que una vez requerido el deudor deberá responder en un plazo de 20 días o el juzgado podrá dictar el embargo de cuentas bancarias o bienes para el pago de la deuda a fin de saldar los importes pendientes por tus traducciones. Es una VALIOSA opción ante clientes que en un futuro cercano podrían declararse insolventes, ya que acelera el proceso y se evita tener que pasar por un juicio largo en el que no tendremos garantías de cobrar (pero tendremos que cargar con los gastos judiciales). En caso de que el cliente no esté de acuerdo con la reclamación, podrá presentar alegaciones o pasar a juicio ordinario (en este caso ya deberás contratar los servicios de un abogado y de un procurador).
7) Comunicación continua
Exige a la empresa o particular que te mantenga al tanto si no puede hacer frente al pago y que sea él quien se preocupe y te haga ver que está intentando solucionarlo. Si no se mueve y tienes que andarle detrás, duda de su buena voluntad. Puede parecer una tontería, pero muchos clientes que no pueden pagar pero te informan semanalmente sobre cómo están intentando solucionar el problema, acabarán pagándote. Si no te contestan el teléfono, no responden a tus e-mails o simplemente te ignoran por cualquier medio, olvídate y pasa al monitorio.
8) Evita el problema antes de que surja
Comprueba las listas de clientes no recomendados o morosos SIEMPRE antes de comprometerte con alguien que quizás acabe no pagándote por tus traducciones. Si no te queda otra que aceptar condiciones de pago a 30 o 60 días (suele ser habitual al trabajar con una agencia de traducción), o si simplemente quieres verificar si alguien es un buen o mal cliente, puedes comprobar en diferentes sitios si existen antecedentes sobre sus políticas de pagos.
Blueboard de Proz: es una base de datos con opiniones sobre empresas del portal Proz.com para traductores. Cualquier traductor registrado puede dejar su opinión y la empresa puede contestar. Si ves que hay muchas quejas, desconfía. Si hay solo alguna aislada pero en general hay muchas buenas, analízalo bien o al menos protégete para que no te suceda lo mismo que a los demás.
Payment Practices: Es una web que nació en los grupos de Yahoo pero ya cuenta con esta página completa y muchos recursos.
También hay un artículo muy completo al respecto de Ana Hermida Ruibal en Scribd.
Asimismo, también viendo su web o averiguando datos puedes saber si conviene o no ser traductor para un cliente. No es algo seguro ni determinante, pero si tu cliente llama desde número desconocido, utiliza un correo de hotmail, su web está hecha con Frontpage de hace 10 años (con muy mal gusto, seguramente) y parece no respetar ni la Ley de Protección de Datos ni ofrece datos visibles sobre quién es, seguramente corras un riesgo. Búscalo en la guía telefónica, en Páginas Amarillas, comprueba sus datos en la documentación que te entrega, etc. Páginas como E-Informa y similares te permitirán saber el estado de solvencia de una empresa, si ha presentado las últimas cuentas anuales, si está en concurso de acreedores… Incluso así, es posible que te engañe igualmente, y lo digo por experiencia. En última instancia, si no estás seguro, NO LO HAGAS. Utiliza ese tiempo para hacer marketing o buscar mejores clientes, que seguramente te rentará más en el futuro.
9) Clientes extranjeros
Si eres traductor para agencias del extranjero, o como traductor jurado envías documentos a clientes fuera del país, deberás tener una serie de consideraciones. Hay una diferencia entre los clientes comunitarios y los extracomunitarios. Con los primeros puedes proceder de forma similar a la de los clientes locales. Al ser Europa, tardarás más, ya que no es algo local, pero al menos tienes una serie de recursos disponibles, como el Procedimiento Monitorio Europeo y el Proceso Europeo de Escasa Cuantía. Estos procedimientos europeos tendrán valor legal y no podrán ser rechazados en el país en el que deba ejecutarse la sentencia dictada.
Si eres traductor para países no comunitarios, como Estados Unidos, China, Marruecos, Australia, etc., importa Y MUCHO el fuero al que se someta el contrato de prestación de servicios. O sea, si el cliente ha firmado tu contrato, y el mismo se somete a los juzgados de alguna ciudad española, entonces tu reclamación mediante juicio ordinario deberá presentarse en los juzgados de la ciudad a la que se someta dicho contrato y seguirá la legislación española. Por contra, si el contrato se somete a la legislación de terceros países, por ejemplo Estados Unidos, entonces deberás iniciar el proceso en el juzgado que te corresponda, pero la ley de aplicación será la del país en donde se celebró el contrato. Hay infinidad de bufetes de abogados en España que se pueden encargar de gestionar todo esto con algún bufete de abogados del otro país, por lo que lo mejor es recurrir a ellos (a menos que tengas confianza con algún bufete extranjero o quieras arriesgarte, sin conocer el panorama jurídico de dicho país).
Conclusión
Muchos compañeros se enorgullecen de trabajar asiduamente para grandes empresas o las administraciones públicas, pero lo que no cuentan es lo mal que lo pasan para cobrar. Yo trabajé con muchas empresas de calibre internacional, multinacionales muy conocidas por su solvencia y seriedad, y mi conclusión es clara: si no te pagan, poco importa que sea la mejor o más famosa empresa del planeta. Por eso me da igual el nombre o la fama. Si no pagan, no sirven. Si Juan Pérez, autónomo, te paga regularmente y te trata bien, entonces piensa si realmente te compensa trabajar para Juan Pérez o para la otra empresa que tantos dolores de cabeza te da. Recuerda que el tiempo que inviertes intentando cobrar es un tiempo que nadie te devolverá (y el tiempo es ORO), tiempo que pierdes de hacer tus traducciones y que, al fin y al cabo, podrías aprovechar para buscar mejores clientes.
Muy bueno. vale para todos los autónomos y freelancers. Gracias por contar tu experiencia, es una información muy útil pero mucho me temo que aún así, se seguirán cometiendo errores y luego no podremos decir que no se nos avisó jajaja gracias.
Exacto, Luis Alberto, pero es importante que esto quede escrito para ayudar a la gente que tarde o temprano quiera tomar medidas para los impagos. También es cierto que si bien lo escribí para traductores jurados, realmente se puede aplicar a cualquier rubro y profesión. Por cierto, muy buena página y muy buena voz 🙂
Muy buen artículo, ¡gracias! A los particulares les cobro ya por adelantado, el 50% cuando acepten el presupuesto y lo restante al recoger la traducción. Durante un tiempo si me dejaban los originales no exigía ningún adelanto, pero ya tengo en casa varios documentos originales (títulos académicos) cuyas traducciones no han venido a recoger (y nunca más se supo…). Por no mencionar los impagos de antes de empezar a cobrar por adelantado… Por suerte, a los 1000 € aprendí la lección ;-))
Hola Loana. Lo del 50% es una muy buena opción siempre, aunque a mí también me dejaron colgado así. Con los particulares yo no recomiendo jugársela, nunca (salvo que sean 40 euros y aceptes el riesgo, cosa que yo a veces hago con quienes veo que vienen a casa corriendo a buscar la traducción jurada). Si te sirve de consuelo, yo la lección la aprendí a los 10.000, hace muchos años. Y no fue precisamente con un desconocido. Por eso digo: los negocios son negocios, las amistades amistades. No se deben mezclar. Una traducción jurada es como pedir un servicio a un abogado, ni más, ni menos.
Excelente artículo y mejores consejos.
Muchas gracias Megane. Espero que nadie los necesite 🙂
Muy buen artículo Rodrigo!! Gracias por compartir tu experiencia..
En mi opinión evitaríamos muchos quebraderos de cabeza si todos los traductores exigiéramos el pago por adelantado, o al menos el 50% por adelantado y el resto a la entrega.
En mi caso intento aplicarlo siempre que me sea posible.
Saludos cordiales.
Así es. Hay que dedicarse a la traducción y no a ser cobradores. Esto no es solo para las traducciones juradas sino también para cualquier otro tipo de traducción. Si nos unimos los traductores de todos los ámbitos y aplicamos las mismas medidas, seguramente los impagos se reducirían considerablemente. Esperemos algún día conseguir algo así.
Mucha información de suma utilidad, gracias por compartirla. Sería interesante si, en algún momento, escriben una entrada específica sobre las reclamaciones a clientes extranjeros.
Muy interesante y saludos desde Uruguay. Aunque no todo se aplica, son consejos muy pertinentes. Me gustó mucho lo del último párrafo. Trabajé unos años para una colega que tenía una pequeña empresa y tenía como clientes unos bufetes de abogados famosísimos, pero que le pagaban a seis meses, en el mejor de los casos, además de que se pasaban exigiendo descuentos. Ahí aprendí que prefiero siempre el dinero en la cuenta que el supuesto beneficio (que, por cierto, en este caso no era ninguno) que puede darte el trabajar para clientes prestigiosos.
Gracias Ana por tu opinión. Realmente es así… Hay muchas empresas que no pagan o pagan muy tarde pero, como tienen «nombre», muchos compañeros aceptan trabajar en condiciones deplorables. Realmente un buen cliente es el que paga, se llame Pepito o tenga el logo de una multinacional. Espero que el artículo ayude a mucha gente. ¿En Uruguay qué cosas cambian? Lo digo porque sería útil saber qué soluciones hay en otros países.
Un abrazo.
Traductor Jurado
Muy buen post, soy redactor y me fue muy util!
Gracias por tu comentario, Manolo. Es útil casi para cualquier profesión. Me alegra que te haya sido útil. Un abrazo. Traductor Jurado.