Taller de marketing e innovación para traductores e intérpretes
Innovation: Find New Ways to run your Business
Este taller de marketing e innovación para traductores, ofrecido por FreelanceBox en Estudio Sampere el 25 de abril de 2014 estuvo a cargo de Valeria Aliperta y Marta Stelmaszak. La idea era ofrecer un resumen de lo comentado para que otros compañeros traductores jurados (y no tan jurados también) pudiesen tener acceso a esta valiosa fuente de información, pero lejos de simplemente comentar lo aprendido, el taller fue tan inspirador que entré con la mente abierta y salí con la mente llena de ideas, por lo que este artículo tiene por intención resumir lo dicho y además ofrecer ideas personales a compañeros de profesión.
INNOVAR O MORIR
Actualmente, todas las empresas se preguntan cómo pueden innovar. Para una empresa puede resultar más sencillo dedicar un departamento entero a esta tarea, o invertir grandes sumas de dinero, por lo que para un traductor la pregunta sería: ¿Cómo puedo innovar siendo autónomo? La respuesta la encontraremos si pensamos distinto, fuera de lo establecido. Para poder responder a la interrogante debemos combinar e intercambiar ideas, así como colaborar con otros compañeros, hacer networking, analizar el mercado, etc. Se recomendó el libro DIVERSIFICATION IN THE LANGUAGE INDUSTRY, en el que se explica cómo diversificar e innovar en nuestro sector, por lo que es lectura obligada para todos aquellos que deseen profundizar en esta cuestión.
Innovar significa detenernos, observar nuestro entorno, ver qué hace la competencia (a la que deberíamos considerar fuente de inspiración y colaboración para nuestros intereses comunes), y tomar elementos de diferentes actores, mezclarlos y ofrecer algo totalmente nuevo. Significa descubrir una nueva manera de hacer algo. Pero no debemos confundir innovar con inventar, ya que son procesos distintos. Inventar es crear algo totalmente nuevo. Innovar es mejorar, encontrar nuevas formas de hacer algo, combinar productos.
A pesar de lo que pueda parecer, nosotros, los autónomos o pequeñas agencias de traducción, podemos innovar fácilmente, ya que no debemos pasar por interminables cadenas de mando ni por largos procesos burocráticos como en una gran empresa, y al tener una menor escala, el desembolso económico es mucho menor).
W. Chan Kim and Renée Mauborgne definen dos estrategias: la estrategia del océano rojo (Red Ocean Strategy) y la estrategia del océano azul (Blue Ocean Strategy). La primera se centra en competir en torno a un mismo producto, vencer a la competencia, explotar la demanda ya existente, y ofrecer poca diferenciación. En la segunda, por el contrario, el objetivo es crear un espacio de mercado sin competencia en el que podamos navegar sin complicaciones, lo más solos posibles, y haciendo que los competidores nos resulten irrelevantes (ya que no ofrecen los mismos servicios). No se trata de que el cliente elija algo caro o algo barato, sino que elija nuestra opción porque simplemente es distinta, única y la que está buscando para tener éxito en su propia empresa o proyecto.
Para conseguir implementar una “estrategia de océano azul” debemos reconstruir los límites de nuestro mercado. El proceso para poder hacerlo incluye hacer unos análisis del mercado, nuestra forma de trabajar, el usuario final, etc. Podemos definirlo como “abrir puertas”:
Puerta 1: hacer un análisis transversal de sectores comerciales.
Puerta 2: hacer un análisis de grupos estratégicos dentro de cada sector comercial.
Puerta 3: analizar la cadena de adquisición: ¿Quién compra? ¿Quién es usuario? ¿Quién influencia la compra?
Puerta 4: analizar productos y servicios complementarios.
Puerta 5: comprobar el enfoque funcional o emocional de nuestra oferta.
Puerta 6: analizar a lo largo del tiempo.
Analizamos uno de los casos más claros de triunfo en innovación fuera del sector de la traducción: el Cirque du Soleil. Mientras que otros circos trabajan explotando animales, repitiendo todos los mismos números, con la misma indumentaria y los mismos estilos, el Cirque du Soleil ofrece un espectáculo temático y único, ofreciendo algo completamente alejando de lo que ofrecen los demás, sin competencia, con una reputación impecable y haciendo que su producto sea exclusivo.
Finalmente, para navegar por el océano azul de la traducción, existe un ejercicio interesante que podemos realizar. Se divide en dos partes. La primera consiste en hacer un análisis exhaustivo de las siguientes cuestiones:
1) Crear un espacio de mercado en el que no haya competencia (o sea muy poca).
2) Crear y capturar nueva demanda, aquella inexplorada hasta la fecha.
3) Romper el equilibrio entre valor y coste.
4) Innovar en el valor.
5) Hacer que la competencia resulte irrelevante.
A continuación, se debe crear un océano azul, o sea, una curva de valor, y para ello debemos eliminar, reducir, aumentar o crear. Nos plantearemos qué elementos no nos convienen o resultan redundantes para nuestro objetivo. Los que resulten innecesarios pueden eliminarse. Los que no, pueden minimizarse o reducirse de modo que su impacto sea el mínimo. Por ejemplo, en la sociedad española existe una mala costumbre de pagos a 60 o incluso 90 días que a los autónomos no nos conviene. ¿Queremos realmente asumir ese riesgo o podemos eliminarlo definitivamente? En algunos casos, podríamos reducirlo imponiéndonos una política de pagos con un máximo de 30 días. Por otra parte, debemos preguntarnos qué elementos debemos mejorar o crear. Uno de los más significativos en el mercado español es el de la aplicación de las tecnologías, ya que en el caso de los traductores jurados, por ejemplo, ¿cuántos utilizamos memorias de traducción o programas de glosarización? ¿Cuántos aprovechamos el poder de las aplicaciones móviles o de los gadgets innovadores para ofrecer un valor añadido en nuestro trabajo?
Debemos entender una empresa o nuestro trabajo como autónomos como un cantante o famoso que debe mantener su fama. Los cantantes combinan sus canciones con las de otros, mezclan estilos, y continuamente innovan para poder mantener a sus fans a la vez que captan nuevos. Kylie Minogue no es lo mismo hoy que en 1990. Un disco de U2, por ejemplo, no solo es música, sino que hay un gran trabajo de estilo, mensaje, apariencia, y una gran labor en redes sociales y medios de distribución de información. Si no nos damos a conocer, difícilmente los clientes puedan saber lo que hacemos.
Kylie Minogue en 1990.
Kylie Minoque en la actualidad.
La labor de innovación no significa solamente adquirir nuevos espacios de mercado o ganar más dinero, sino que nos permite centrarnos en ofrecer un mejor producto, hacer un mejor trabajo y mantener unas relaciones de colaboración y construcción con quienes otrora fueran nuestra competencia. Por ejemplo, en el caso de la traducción jurada, si usas papel timbrado, además de ser innecesario y engorroso, estás perdiendo tiempo y espacio de hoja para ofrecer un mejor servicio y poder realizar más tareas. ¿Por qué no aprovechar el tiempo ganado para ofrecer un servicio más personalizado y adaptado al cliente? Podemos diversificar hasta tal punto que ofrezcamos incluso a nuestros compañeros de la competencia servicios complementarios. Si sabemos que un compañero ofrece servicios en un idioma que nosotros no controlamos, podemos llegar a acuerdos con él para enviarle nuestros clientes de ese idioma y que él nos envíe trabajo de nuestra combinación. Asimismo, también podemos colaborar con un diseñador de webs, un asesor de marketing o un experto en marca para facilitar al cliente el éxito de su misión.
Cuando decidimos compartir nuestros conocimientos y estrategias (dentro de unos límites lógicos, evidentemente), estamos aceptando que permitimos a otros crecer para aprender también de ellos y seguir continuamente mejorando, a fin de procurar siempre ofrecer algo único a nuestros clientes. Valeria, por ejemplo, cuenta con el blog de Rainy London Branding en el que da muchas claves sobre cómo mejorar nuestra imagen y marca personal. Innovar no es solo combinar, sino que es una actitud hacia el mundo, una forma de enfrentar los desafíos con optimismo y siempre viendo el vaso medio lleno, por la que aceptamos alejarnos de los agoreros, de los negativos (tal como indicaba Xosé Castro en su charla de Lenguando) y de los que deciden competir en lugar de compartir y cooperar.
Esto también se expresa, como se debatió en el curso, en el servicio postventa a los clientes. Aunque parezca mentira, no todos los profesionales del sector de la traducción jurada expresan pasión por lo que hacen ni tampoco se la saben transmitir al cliente. Muchos creen que el precio es el único factor que se va a tener en cuenta, sin procurar una respuesta emocional ante nuestros estímulos (el cliente CREE en nosotros, nos RESPETA, está SATISFECHO y nos PAGA porque considera que nuestro trabajo es una INVERSIÓN). El cliente está dispuesto a pagar más si le ofrecemos unas garantías y una seguridad para que él pueda dedicarse a su negocio mientras nosotros nos encargamos de sus traducciones. Se valora mucho más irse a dormir tranquilo que estar pendiente de si por haber pagado poco el resultado será el de un profesional o no. Por ello, para valer más cualquier traductor debe sentirse más, ofrecer más y estar seguro de lo que ofrece.
El objetivo siempre debe ser colaborar y romper con la visión tradicional de competencia atroz. El mundo cambia, las exigencias cambian, la sociedad cambia. No debemos nadar contracorriente, sino adaptarnos para fluir y aprovechar la inercia para sacar lo mejor que llevamos dentro. ¿O acaso no es mejor nadar en un mar azul de tranquilidad y evitar las aguas infestas de tiburones?
Mil gracias, Rodrigo, por este resumen de nuestro taller. Es verdad, innovar o morir. Aunque suene extremo, la verdad es que tenemos que evolucionar de la mano de nuestros clientes e de nuestros mercados.
Gracias por participar y difundir la info.
Un saludo y hasta el próximo taller, quizás 🙂
Gracias Valeria, el placer fue mío al asistir. Como dije, entré con la cabeza vacía y me fui con la cabeza llena. 100% recomendable para otros traductores en las futuras ocasiones que impartas otro taller por aquí. Un abrazo.